Asuntos de Mesa en casa

Como éste es mi primer post en este blog, creo que lo adecuado sería comenzar por presentarme… Mi nombre es Sebastián. Soy VP Miembros de Excelencia Toastmasters (2010-2011) y asesor del comité de Madrid Toastmasters (mismo año). Mi trayectoria en la institución se inició hace poco menos de diez meses cuando, por cosas de la vida, di con uno de los clubes de Madrid. No habían pasado ni diez minutos de mi primera reunión como invitado cuando supe que esto era lo que hacía tiempo buscaba. Me pareció tan divertido que ese mismo día me propuse como voluntario para participar en la sesión de Asuntos de Mesa. Y ¡vaya chute de adrenalina!

Para los que no están del todo familiarizados con los Asuntos de Mesa (Table Topics en inglés), esta sesión consiste en llamar a varios miembros del club, uno a la vez, para que den una charla improvisada de uno a dos minutos, sobre temas escogidos al azar. ¿El propósito? Desarrollar en los miembros del club la habilidad de, en cuestión de pocos segundos, pensar y hablar sobre cualquier tema. Según Toastmasters esto enseña a “presentar tus ideas de una manera clara y organizada con un mínimo de preparación.”

A medida que han pasado estos meses me he dado cuenta de que, si bien siempre me ha supuesto un reto importante ser “una víctima” de estas sesiones, siento que cada vez me pongo menos nervioso cuando me toca… ¿Será que ya me siento como en casa frente a mis compañeros de club y que les he perdido la vergüenza, o es que estoy adquiriendo mayor destreza y, por consiguiente, mayor seguridad en mí mismo cuando me encuentro frente a un público? No es una pregunta retórica; invito a comentar.

Este pasado fin de semana hice dos experimentos cuyos resultados me dejaron boquiabierto. A raíz de haber grabado en vídeo mi décimo discurso del manual de Comunicador Competente, y haberlo colgado en Youtube.com, los comentarios de mis amistades han derivado en una labor intensiva de relaciones públicas por mi parte sobre Toastmasters y los clubes a los que pertenezco. El interés despertado fue tal que se me ocurrió plantear una sesión de Asuntos de Mesa en la que, cada uno de los presentes tenía que pensar en un tema y, uno a uno, presentarlo a uno de los demás para que lo desarrollase durante, al menos, un minuto. El resultado fue asombroso. Todos los presentes hablaron bastante más del tiempo mínimo requerido y con la seguridad digna de un miembro hecho y derecho de nuestra institución. Pero además, esa sesión que, a priori no pretendía ser más que un mero divertimento, nos permitió a todos conocer cosas de los demás que, en situaciones de coloquio banal, no habría sido posible. Al día siguiente, lo intenté con otro grupo de amigos, y el resultado fue el mismo: asombroso.

Compañeros Toastmasters, pasados dos días de estas dos sesiones de Asuntos de Mesa en casa, sigo sorprendido con sus resultados. Me pregunto qué posibilidades puede brindar el hacer de esto una práctica habitual para así conocer más de cerca a la gente y divertirse de un modo distinto y con efectos secundarios más bien positivos. Pero sobre todo, ¿cuántos hay por ahí que nunca han oído hablar de Toastmasters, cuyas dotes de oratoria podrían hacerles muy buenos candidatos en nuestros concursos? Os invito a descubrirlo.